martes, 19 de enero de 2010

DIA 9 MERCADO FLOTANTE



EL Mercado flotante de Damnoan Saduak, está situado a 80 km (50 millas) al oeste de Bangkok, nosotros el sábado ya habíamos cerrado un acuerdo con el taxista que nos llevó a Ayutthaya, por otros 1000 bath (ida y vuelta mas 2 horas de espera).


A primera hora de la mañana, los estrechos canales se llenan de pequeñas embarcaciones con frutas y verduras vendidas por mujeres locales. El mercado es muy colorido y tiene una gran ambiente, pero toda actividad termina a las 11.00, por lo que es necesario salir de Bangkok muy temprano. Nosotros lo hicimos a las 7:00 porque queriamos desayunar antes.


Nuestro taxista (como es habitual en Bangkok) paró antes de llegar al mercado, en un embarcadero donde intentaron vendernos un paseo de 1 hora por los canales por 1500 bath, yo ya lo sabia y pasamos del tema.


Una vez en el mercado, hay dos o tres puntos donde se puede tomar una barca para dar un paseo de media hora por dos o tres calles. El precio 150 bath por persona (en el primer puesto nos querían cobrar 600 porque éramos solo dos), continuamos buscando y encontramos una embarcación por 150.  Si no se quiere tomar la barca se puede pasear a pie por la ribera del canal, entre las tiendas y el río, aunque no todo el canal es transitable a pie.


En la actualidad el mercado sobrevive gracias al turismo, la mayoría de las tiendas de las riberas de los canales venden souvenirs, pero len el río además de turistas hay muchas embarcaciones que venden comida hecha en el momento en las mismas barcas y otras que venden frutas y son estas las que dan gran colorido al mercado y hacen este lugar único para tomar fotografías.



















Tras el mercado flotante llegamos a Bangkok sobre las 11:30 y el taxi nos dejó en la casa de Jim Thompson.

 Jim Thompson fue un arquitecto nacido a principios del siglo XX que ofreció sus servicios al ejército americano durante la Segunda Guerra Mundial. Ya en Tailandia y con la guerra finalizada, se interesó por la seda y los tejidos del país. Con una visión emprendedora creó su empresa y ayudó en la expansión mundial de la seda tailandesa.

Su casa está compuesta de seis casas tradicionales llevadas desde otras provincias de Tailandia. Estas casas tienen al menos una antigüedad de dos siglos. Respetando las costumbres tailandesas, Jim Thompson construyó su casa elevada con el proposito de evitar las inundaciones. Durante sus años en Tailandia se dedicó a reunir antigüedades. Ahora la casa es un museo y las visitas son guiadas (no las hay en español), además hay una tienda donde se puede adquirir productos de calidad de seda Tailandesa. (no dejan hacer fotos en el interior).

Tras salir de la casa descubrimos un nuevo medio de transporte, una lancha rápida que opera a modo de bus por algunos de los Klongs (canales) que  atraviesan la ciudad y allá fuimos.



Vendedora de billetes, con casco, se la juegan.

Llegamos al hotel al medio día y como hace buen tiempo a comer en la piscina, con su correspondiente baño. Por la tarde, no hay mejor manera que despedir Bangkok que un tratamiento en el spa Urban Retreat Spa al que fuimos el  primer día en Bangkok. Media hora de masaje exfoliante con cristales del himalaya y 90 minutos de masaje  con aceites de macadamia (suena muy bien y quedas como un bebé), todo ello por 1350 bath = 28 € por persona.

Después de cenar en un restaurante indio (que picaba tela) cerca del hotel, a dormir que mañana volamos para Camboya. (abstenerse rima facilona).





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